El potencial de los cannabinoides es estudiado desde hace varios años, con especial destaque para el canabidiol (CBD) y delta9-tetrahidrocanabinol (THC). El CBD ha merecido la atención de investigadores y especialistas de varios campos de la salud, existiendo registros de 1975 que muestran el trabajo de diversos científicos sobre los beneficios del CBD.
La aplicación del CBD en el campo de la oncología sigue siendo uno de los principales temas de estudio y la investigación ha mostrado resultados positivos sobre la aplicación de canabidiol en diversos tipos de cáncer.
Varios estudios y pruebas en el área de la medicina y publicados en el British Journal of Clinical Pharmacology, concluyen que el canabidiol debe ser considerado en terapias contra el cáncer.
En los Estados Unidos, donde la liberalización del cannabis para fines medicinales es tema conocido, existen centros que se han dedicado, no sólo a los cannabis, sino a las partes aisladas de la planta.
Entre estas están el CBD, dada la importancia de su intervención en situaciones de cáncer y la ausencia de efectos colaterales o psicoactivos, lo que llevó a la Organización Mundial de la Salud a declarar el CBD como sustancia segura.
CBD en el cáncer de pecho: los mecanismos investigados
Los resultados de estudios publicados en el Pubmed indican que el canabidiol es un inhibidor importante de la proliferación de células cancerígenas en los casos de cáncer de mama.
En los centros de medicina California Pacific Medical Center y Beth Israel Deaconess Medical Center, el CBD fue estudiado y evaluado en la proliferación, invasión y metastización de las células de cáncer de mama. Estos estudios confirman la acción inhibidora llevada a cabo por el CBD sobre la expresión genética Id-1 en la proliferación e invasión del tumor.
El canabidiol regula esa proliferación y expansión a través de la modulación diferencial de un tipo específico de quinasa (ERK) y de estrés oxidativo (ROS), proceso esencial como mecanismo intrínseco de apoptosis (muerte) de células cancerígenas en general.
La investigación del CBD en el cáncer de mama mostró otro mecanismo comprobado: la reducción del potencial de la membrana de la mitocondria, activando la translocación de células t-BID a la mitocondria, y la respectiva liberación de Citocromo-C y Cytosol.
Este proceso resulta de nuevo en apoptosis o autofagia, como mecanismo compensatorio y alternativo de las células cancerígenas. El “efecto anti-tumoral fuerte y estadísticamente significativo” del CBD también fue comprobado en el Instituto de Chimica Biomoleculare, en Italia, en estudios sobre la acción del CBD en el cáncer de mama. Los resultados también indican el efecto positivo sin toxicidad.
Estos estudios utilizaron varios cannabinoides, entre ellos el THC, conocido por los efectos psicoactivos, y se realizaron en queratinocitos humanos, habiendo concluido que el CBD fue más fuerte como inhibidor de crecimiento de células cancerígenas.
Los investigadores del estudio italiano registraron que el aceite de cáñamo enriquecido con canabidiol fue, de forma repetida y de formas más o menos marcadas (según el tipo de tumor), más potente que el canabidiol puro.
Este resultado fue reforzado posteriormente, en la revisión de autores de las Universidades de Insubria y Milán, donde, en comparación con compuestos sintéticos, el CBD reveló ser más eficaz.
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